Según varios sondeos, las importaciones empiezan a moderarse. La tasa de cambio está funcionando como un ajuste automático del déficit comercial. Una de las soluciones para mantener sana la balanza comercial es por medio de la diversificación de exportaciones. Este miércoles, el Dane revelará el dato de importaciones del febrero. Conozca cómo es su panorama y qué dicen los analistas al respecto.
IMPORTACIONES EMPIEZAN A MODERARSE
Según Ángela González, analista económica del Banco de Bogotá, en febrero es posible ver una ligera contracción de las importaciones. Esto significa que esta moderación en el incremento de las importaciones podrá situarse, según proyecciones de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, sobre 4.804 millones de dólares para febrero de 2015. Si se compara con la cifra reportada en febrero de 2014, las importaciones retrocederían 3,92 %. “En las importaciones veremos un crecimiento más moderado”, enunció Camilo Durán, analista macroeconómico de Credicorp Capital. La tasa de cambio está funcionando como un instrumento que ayuda a corregir el crecimiento sostenido que venía presentando las importaciones. Los bienes de capital, también llamados bienes de producción, y los bienes de consumo mantendrán un aumento parecido al presentado en enero de 2015.
El grupo de Investigaciones Económicas de Bancolombia sigue de cerca los boletines electrónicos de comercio exterior que reporta la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) mensualmente para establecer proyecciones sobre importaciones. Alexander Riveros, analista económico del banco, sugiere que a partir de las estimaciones de la Dian, Bancolombia estima que las importaciones de febrero caerían 14,3 % frente al mismo mes de 2014.
¿QUIÉN LE ‘PEGA’ MÁS DURO A LAS IMPORTACIONES?
Tomando como referencia las importaciones de enero pasado y quitando el rubro de transporte (aeronaves) la caída de las importaciones hubiera sido más pronunciada. González sugiere que dicha variación negativa estaría cerca de 12 por ciento.
En este sentido, Portafolio.co consultó a un analista y le preguntó por el posible comportamiento de este rubro en el agregado de febrero. Actualmente, existe un rumor sobre la posible compra de aviones por parte de una aerolínea que opera en Colombia. El valor de la operación podría ascender a los 10.000 millones de dólares. Si esta compra entra en el balance del presente mes, entonces es posible que las importaciones cambien su tendencia y tengan un crecimiento considerable. Credicorp Capital considera que los bienes de consumo son los que crecerán más en el agregado de las importaciones. Y se destacan principalmente el rubro de bienes agropecuarios, alimentos y bebidas. Los artículos que posiblemente expliquen esta caída tan pronunciada serían los bienes de consumo, bienes intermedios y materias primas. Cabe señalar que dentro del rubro de materias primas, los combustibles y lubricantes son los que mayores descensos presentarían en febrero. Por el contrario, los bienes de capital, especialmente vehículos de transporte y máquinas utilizadas para construcción, están creciendo. “Los bienes durables caen cada vez más porque las familias están comprando menos artículos importados debido a la tasa de cambio”, señaló Riveros.
¿ES UN ‘KARMA’ LA TASA DE CAMBIO?
Ante la devaluación del peso colombiano, los importadores se han visto afectados porque un dólar más caro vuelve a las importaciones muy costosas. En opinión de González, las empresas ligadas a la industria química son las que han visto como el encarecimiento de los insumos químicos ha distorsionado los costos de producción. “La tasa de cambio no es un ‘karma’, quizás está siendo un poco incómoda para aquellos importadores que no aprovecharon la cotización del dólar cercana a los 1.800 pesos”, agregó Durán. “Aunque hubo importadores que usaron estrategias de cobertura cambiaria, también hay una gran cantidad de empresarios que están descubiertos”, consideró el analista de Bancolombia. De este modo, no es posible que la tasa de cambio sea un ‘karma’ para los importadores. Más bien, y como lo señala Riveros, un dólar alto es un “punto en contra” para algunos importadores, pues las rentas percibidas pierden dinamismo.
¿CONTROLAR EL DÓLAR? Aunque la coyuntura muestra que el precio del petróleo ha caído cerca de un 50 por ciento, González considera que no es prudente que el Banco de la República intervenga la tasa de cambio. El peso colombiano se ha devaluado aproximadamente 30 por ciento durante los últimos meses. Teniendo en cuenta lo anterior, González cree que el Gobierno puede aprovechar la devaluación del peso colombiano para incentivar otros productos exportables de los sectores agroindustrial y manufacturas. “En este momento no es necesaria la intervención del Banco de la República”, respondió el analista de Credicorp Capital al preguntársele por la conveniencia de intervenir la tasa de cambio. El dólar debería ser intervenido si llegase a superar la barrera de los 3.000 pesos porque esta moneda depende, en la actualidad, del índice DXY. Este índice (Dollar Index Spot) compara diariamente el comportamiento del dólar estadounidense frente a las otras seis principales divisas del mundo, como son: euro, yen japonés, libra esterlina, dólar canadiense, corona sueca y franco suizo. Por consiguiente, “quemar las reservas internacionales” no sería una medida efectiva por parte del Banrep para controlar la devaluación, opina Durán. En otras palabras, la venta de dólares de la cuenta de reservas internacionales aumentaría la oferta de la divisa, y por consiguiente el precio caería. Pero esta medida no tendría un alcance largo, pues la cotización del dólar depende de factores internacionales como el precio del barril de petróleo. La depreciación del peso colombiano ayuda a absorber los choques negativos que están afectando a la economía nacional. La reducción en los precios del petróleo a nivel global han perjudicado los ingresos del Gobierno. Sin embargo, este es un buen momento para diversificar las exportaciones no petroleras, aprovechando la tasa de cambio competitiva, lo que a su vez mejorará la situación fiscal. “Hay que hacer un énfasis en que la industria puede seguir expandiéndose por la tasa de cambio. Ésta es muy atractiva para los exportadores”, agregó Camilo Durán. En este punto, Riveros opina que Banrep no debe utilizar las reservas internacionales porque podría distorsionar el rendimiento del sector exportador. Además, una política cambiaria no sirve porque el comportamiento del dólar depende de las decisiones que podría tomar la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en torno al aumento de la tasa de interés. Si la Fed decide subir las tasas de interés habría menos dólares en los mercados del mundo, lo que ocasionaría que el valor de la moneda se incrementaría por una reducción en la oferta. ¿Y EL DÉFICIT COMERCIAL? El Banco de Bogotá pronostica que el déficit comercial para el mes de febrero de 2015 estará cercano a los 1.580 millones de dólares. “En el mediano plazo, el crecimiento económico ayudará a ajustar automáticamente el déficit comercial”, afirmó González.
La desaceleración económica que empieza a sentir el país será el factor de corrección de la balanza comercial colombiana. En la medida en que la demanda interna disminuya, lo que significa que habrá menos importaciones, y las exportaciones de bienes secundarios aumenten, entonces la balanza comercial irá reduciendo cada vez más su déficit. Quizás una de las recetas para reducir el déficit comercial es acelerar la apertura de la refinería de Cartagena. El cierre de esta terminal de derivados petroleros obligó al país a importar lubricantes y otros productos refinados, lo cual provocó un aumento de las importaciones de este rubro. Por su parte, Bancolombia estima que el déficit comercial para el mes de febrero de 2015 será cercano a los 760 millones de dólares. El Gobierno debe corregir el deterioro de la balanza comercial a través de “diversificación de las exportaciones, reducción de los costos de energía y transporte, fortalecimiento institucional y elevar la inversión en infraestructura”, en palabras de Alexander Riveros. Es decir, el país debe enfocar sus esfuerzos en jalonar el sector agroindustrial y dejar en el pasado la dependencia petrolera.
Juan Sebastián Rojas
Portafolio.co
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